El obispo dice que la Diócesis ha invertido 23 millones de euros en patrimonio en 10 años. Por Diario de Jerez.
José Mazuelos quiso leer ante los medios, ante de su intervención, un comunicado en el que invitaba al diálogo "que siempre es más fecundo que la confrontación", sobre todo porque "se trata de hacer un esfuerzo común para salvar esta iglesia emblemática de Jerez".
Mazuelos manifestó que "como el consejero decía en la prensa, la Junta de Andalucía ha financiado hasta ahora las obras en la iglesia, por lo que estamos contentos y agradecidos". Sin embargo, dijo querer "precisar unos datos, no tenidos muy en cuenta quizás por falta de información".
"La Junta, como afirmaba el consejero en la prensa, ha destinado 2,5 millones de euros para la primera fase de obras, con la mala suerte de que al haber tenido que estar paralizadas tres años, resulta que para concluir la primera fase de consolidación -que era a lo que se había comprometido la Junta- hay que destinar, no 38.000 euros como decía el consejero, sino un millón de euros" y continuó diciendo que "por otra parte, en los 10 últimos años, la Junta ha destinado al mantenimiento y conservación del patrimonio de nuestra Diócesis, 4 millones de euros, de ellos 2,5 millones destinados las obras de Santiago. Frente a estos 4 millones, los católicos de la Diócesis, han invertido en el patrimonio, en la última década 23 millones de euros, sin contar las aportaciones de las hermandades y cofradías a sus respectivas capillas".
El comunicado seguía: "Teniendo esto en cuenta, no podemos decir que la iglesia en Jerez ha sido favorecida por la Junta de Andalucía, sino que a lo máximo que podemos llegar es a decir que todos estamos cumpliendo con nuestra misión".
Por todo ello, "no es momento de discordia, sino de sentarnos todos juntos para resolver los problemas, dialogando y buscando soluciones financieras, para que en el menor tiempo posible podamos ver las puertas de Santiago abiertas".
Durante más de once años, los problemas estructurales de la iglesia de Santiago han sido una constante, tanto es así que desde diciembre de 2002, cuando el arquitecto jerezano Miguel Ordóñez envió un informe a la Junta advirtiendo de la necesidad de efectuar obras de emergencia en el templo, el problema está latente.
Por aquel entonces, se informaba de una patología importante en la piedra y cubiertas, solicitándose una actuación inmediata. Sin embargo, no fue hasta 2005, concretamente en el mes de abril, cuando la iglesia se cierra definitivamente al público y al culto por "riesgo de derrumbe". Las obras de rehabilitación no comenzarían hasta el 31 de octubre de 2006, cuando, "con carácter de urgencia", la Junta de Andalucía, apoyándose en el informe del arquitecto Emilio Yanes, hablaba de un presupuesto de tres millones y medio de euros y un tiempo de duración de catorce meses. En medio, el propio ente autonómico recomendaba disolver la plataforma Pro-Santiago creada para la ocasión, una decisión que todavía colea.
Los trabajos comenzaron pero, en noviembre de 2009, debido a un problema con la empresa Cymtra, quedaron paralizadas.
A partir de entonces y tras muchos intentos infructuosos, Santiago pasó a ser un 'coto de caza' abierto para delincuentes que comenzaron así a efectuar todo tipo de robos, en muchos casos con elementos decorativos y arquitectónicos de gran valor.
En los últimos meses, y para evitar más expolios (afortunadamente muchos de ellos fueron recuperados por la Policía Nacional, como las 29 estatuas del baldaquino), el Obispado ha corrido a cargo de la vigilancia del templo, cuyo interior, como ayer reconocía García-Pelayo, "impresiona".